No entiendo que una sociedad perdone que tu m/padre te encorra para hostiarte «porque te quieren»,pero si esto lo hace tu pareja,es lo más despreciable del mundo. Porque tu m/padre tiene legitimidad: «l@ tienes que perdonar, es tus m/padre, te lo merecías…», pero si lo hace tu pareja, un/x amigx… pues no, que no te quiere.
No entiendo que se ponga un salto así… porque, claro… si yo perdono a un adulto por humillarme, o por pegarme, ¿por qué no voy a perdonar a quien me salga del coño? Encima, que hay m/padres que ni se disculpan ni nada, ni de mentira. Y, curiosamente, hay imbéciles que beben del patriarcado que llegan a victimizarse y pedir perdón de mentira: No defiendo una posición ni otra, ambas me parecen asquerosas porque muestran una reincidencia.
Pero no me cabe en la cabeza, que si un@ de mis progenitores me levanta la mano, haya gente que me inste a perdonarles (por lo dicho en el primer párrafo, aunque no me den señales de que vayan a dejar de hacerlo), pero si es mi pareja, es lo peor, tienes que dejarle… Es un doble rasero: una gente me puede pegar, amenazar, humillar públicamente… (y a la sociedad le parece justificado e incluso se defiende que puedas pegar a tus hijxs para «reinsertarlos» en lo que a ti te parece mejor) y otra no.
Yo ya he dicho que metería en esto un navajazo: o la violencia es mala en todas estas relaciones afectivas, o es buena en todas (y por tanto puedo responder perfectamente). Dejad de marear a las palomas, yo lo que quiero es dejar de oír cómo unos vecinxs pegan a sus hijxs, cómo unos desconocidos corrigen en voz alta con machismo en el tranvía, o cómo se humilla a niñxs de mil modos distintos en la calle. No son unos muñecos, aunque tengan tamaño de tales. No les puedes dar la vuelta a la niña ésa que se sujeta con pudor su vestidito blanco porque te has cabreado y quieres castigarla. No tengo ni idea de qué puede salir de esa crueldad ideada por unos padres corruptos en una sociedad de mierda. Bueno, quizá sí, lo que llevo diciendo: si mi padre tiene legitimidad para ponerse paternalista, entiendo que cualquiera también, incluso las personas con que tenga una relación afectivo y/o sexual o del tipo que sea. Ya veis, estáis en un blog de una loca que piensa que la familia no es lo primero, que paternalismos de este tipo ni los padres ni nadie. Y paternalismos (que yo casi los aboliría, pero de momento, voy a suponer que hay gente que los pueda necesitar, al menos, de bebés), los justos: a partir de una edad (lo que los ilustrados llaman «mayoría de edad», el momento en que ya puedes gestionarte con cierta independencia, aunque necesites ayuda: en que puedes cuidar de ti mismx mientras vas aprendiendo en tu vida, por así decirlo. Puedes ser mayor de edad a los 9, a los 14… pero, vamos, como a los 18 me trates con paternalismos, dejas de existir para mí), ninguno.
Y «paternalismo», para quienes no quieran buscarlo (que bien harían, porque yo diré lo que me salga de mis glándulas y habrá cosas básicas que pase de decir ahora) significa que dejes de meterte en la vida de tu hijx diciéndole qué hacer, qué no hacer… como si no lo supiera ya. Que estoy hasta el toto que me digas que tengo que hacer los deberes para clase porque ya lo sé. Vamos, pero lo que me asfixia es que me lleves a comprarme cosas para depilarme para no ir con mi precioso bello orgullosa por la calle. Un tío no se avergüenza por lo general de tener vello corporal, ¿por qué yo tengo que sentirme avergonzada de mi vello? ¿Por qué tengo que sentirme avergonzada de mi no vello si me apetece ir con unas piernas depiladas más brillantes que el Sol? No me gusta que me digas qué me tengo que poner, y qué no. No me gusta que en la ESO unas cuantas personas se metan con mi ropa, mi peinado, mi cara, mi aspecto no apto para el consumo masculino, mi delgadez de post-anoréxica. Que me digas qué vestir y cómo hacerlo, me digas que me maquille y que no, cómo comer, cómo sentarme, cómo no sentarme, cómo mirar, cómo sentir amor hacia otras personas y cómo no sentir amor,, o atracción, o cómo expresar mi lubricidad (en términos de Donatien Alphonse François de Sade), o cómo no expresarla. Que te pongas en plan «tú no sabes, quita que te lo hago yo» cuando puedo hacerlo. Que me digas quién me gusta y quién no porque te has leído un libro de mierda de lenguaje corporal. Que en todo caso lo sabré yo, porque, aunque haya cosas que no conozca de mí misma, aunque haya un subconsciente o algo similar, yo soy quien siente, quien desea, quien quiere y quien teme. Que te pongas con tu bifobia y me digas que no me pueden gustar chicos y chicas. Que ya te pongas tránsfobo o contra la gente intersexual y me digas encima que no me puede gustar esa gente, yo qué sé, por monstruosa. Que me estigmatices como una lujuriosa por no ser monógama y pasar de las relaciones medio cerradas, o me llames paradita por pasar de tu culo. Todo esto es paternalismo, me hablas mirándome por encima del hombro y te crees que sabes más, que puedes más, y que debes ser una súper persona, ya que no sólo te autogestionas a ti, sino que me mandas órdenes, al igual que otras tantas personas, sin que te las pida. Que, sin que te pida ayuda porque estoy agotada o algo así me trates como si fuera incapaz de hacer nada, el papel en que meten a lxs niñxs, que quieren, por ejemplo, vestirse solxs, pero no les dejan.
Os odio con locura, paternalistas. Dejadnos en paz e idos con vuestra vida de mierda al Cielo con Dios, como dicen las de «De espaldas al patriarcado». Vuestras críticas desde arriba, como si fuérais sabios filósofos platónicos me asquean. Igual que me asquea que la gente hable de lo que no sabe en absoluto: ¡coño! Si yo no sabes de marxismo o de psicoanálisis ni ser te ocurre criticarlo, haces una suspensión del juicio hasta que tengas info fiable. El feminismo no es menos. Ni el feminismo, ni el liberalismo, ni el antiespecismo, ni el anarquismo, ni el averroísmo, ni nada. Primero, te informas de fuentes fiables que se afirmen como tal, y, cuando veas los argumentos, si no te convencen, argumentas el motivo. Esto lo digo porque ayer había una banda de erasmus idioteando en inglés que buscaban del feminismo un chivo expiatorio: no tenían ni idea del feminismo, y qué más da, lo que les apetecía era meterse con algo: coger topicazos hembristas, meterlos bajo el feminismo, ponerse a insultar a las feministas… a voz en grito y con carcajadas. Venga, a ver quién da más en la estupidez humana.
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