Es esto de que voy por Internet ojeando sobre los San Fermines y el abuso sexista del que estos días todxs estamos enteradxs (porque se las trata como objetos, porque nos creemos con la legitimidad que no tenemos, para manosearlas, porque esto no pasa con los tíos que se desnudan de cintura para arriba…), y he encontrado en este blog una entrada de 2011 con fotos, sobre todo, y con un nombre sospechoso, pero es que las cosas cambian, y en su tiempo no se entendía normalmente como abuso el decir «Sin tetas no hay San Fermines» este comentario de un usuario anónimo que me ha hervido la sangre:
Me parecen todas unas putas borrachas. La vergüenza de las mujeres.
Primero, no tienen por qué estar borrachas para querer mostrar sus tetas, quienes lo hacen también pueden querer hacerlo porque les da la gana (ojito, estoy hablando de un grupo distinto al de chicas cuyas ropas son arrancadas). Que se haya marcado los cuerpos de las mujeres en Occidente como fetiche privatizado a ámbitos, valga la redundancia, privados, a tele, pornografía, y demás medios de entretenimiento (Marilyn Yalom lo cuenta muy bien en su Historia del Pecho), ¿es de verdad motivo para que, sin reprocidad alguna [porque yo todavía no he visto fotos de tíos rodeados de manos] unos tíos se den la legitimidad de tocar todo lo que se pueda?
Vamos, y el slut shaming y el victim blaming me flipan (ambos son términos referidos al ámbito de la violación: el primero, el acusar a la víctima de puta, como si fuera provocando y por eso, inexorablemente, el otro pobre, incapaz de contenerse, porque la fuerza de sus hormonas es demasiado grande -tanto que das un asco que me das ganas de vomitar- como para decirles que no, y tienes sexo, o abusas, consientan o no, se lo pasen bien o no. Hasta donde sé, el sexo compartido no se disfruta si sólo lo pasa bien uno, pero, claro, manejamos regímenes discursivos distintos). Estás desfasado, en un tiempo en que acusaban y menospreciaban a las mujeres por pensar con los ovarios, mientras que si tú te influyes por tus hormonas y por tu estupidez y desprecio hacia quien abusas no pasa nada, e incluso se ve, como decía alguien, como parte de una bacanal, qué chachi, vamos todos a los San Fermines para meter mano a lo bestia, seguro que conseguimos follar a lo bestia… (face palm). Viéndolo desde esta perspectiva, queda hipócrita a lo bestia, y no se sostiene en absoluto el «argumento».
Pero, sin ponerme en algo que me parece tan estúpido como menospreciar a alguien por sus órganos reproductores y erógenos, intentar avergonzarlas, llamarlas putas… pues no me parece muy profundo. Más bien, algo que dices por decir, porque se te ha ido la pinza, te caen mal, y quieres intentar que nos sintamos mal. En vez de decir «hostia, es que hay problemas en nuestra sociedad», sentir curiosidad.. te estancas en el pasado, piensas eso de que «cualquiera tiempo pasado fue mejor», y pasas de todo mirándolo mal. Me gusta mucho Victoria Camps hablando de la vejez, y con este trocito, creo que un pelín quizá se note.
Quiero recalcar que además, dice «la vergüenza de las mujeres», o sea, generalizando como si fuera de todas. A lo que puedo responder con el vídeo de mi querida Clementine, en que decía: si cualquiera puede ser acusada de puta, apropiémonos del término, a ver cómo se lo toman. Porque sí, lo somos. Gracias por darnos publicidad. Pero, si nos tocáis por putas:
- Con nuestro consentimiento. Que somos putas, pero eso no significa que follemos sin nuestro consentimiento (somos putas, no esclavas sexuales).
- Después (o antes, según acordemos consentidamente), nos pagáis, no os hagáis los listillos.
Además, no creo que todas estén borrachas. Vamos, una de las fotos es de la reportera a la que morrearon y demás en la 1 a la que un compañero desde el plató dijo que «no fuera provocando» (victim blaming total).
Ah, por cierto, me parece una comparación genial lo de Egipto con los San Fermines, según lo que he leído: estén ellas o no cumpliendo con las normas de vestuario, a muchos tíos se las suda, y se pasan con ellas, llegando a violaciones menos, y menos múltiples con la misma, probablemente, pero no por ello teniendo menos importancia. La cosa es intentar convertirlas en víctimas, amenazarlas, escarmentarlas. Porque la plaza de turno es un espacio público, tradicionalmente de hombres, y las mujeres ahí no pintan. Y si lo hacen, es para complacer a los hombres. No están en igualdad, ya que ellos se dan unos privilegios que a ellas probablemente si se les ocurriese no harían. Es esto de que nos han criado diferente: a nosotras nos dicen que no provoquemos, que no vayamos solas a unas horas determinadas (recluyéndonos a espacios cerrados o privados). Conocí incluso a una abuela de una chica que le dijo cuando nos fuimos a no sé qué a unos metros del cole en 5º-6º de primaria después de clase que podrían haberla violado. Pero no he conocido a ningún chico que me haya dicho que a él le decían que no violase, o cosas así. No digo con esto que no los haya, sino que esa parte de la educación intimidatoria, que es de terror, que intenta asustarte para que pagues un taxi hasta casa si ya no hay metro ni buses, porque igual vas con pantalones cortos o vestido, o igual simplemente vas vestida y se nota que eres una chica y un idiota puede intentar pasarse contigo. O eso nos decían (y según con quién te juntes, te lo dice).
¡Luchemos por una educación menos diferenciada en roles de masculinidad (os dejo, por ejemplo, este vídeo que vi hace unos días y en parte me gusta, sobre todo con lo de llorar, expresar sentimientos…) y feminidad!
Hacia el bosque 